Durante el impacto de meteoritos se han formado unas perlas de vidrio, que en su interior contienen agua proveniente de los vientos solares, y son una especie de reserva, pues actúan como un depósito.
Estas perlas fueron traídas en 2020, son multicolor y brillantes. Además hay de tamaños variados, pero sin sobrepasar el grosor de varios cabellos. Probablemente, hay billones de perlas, que contienen por cada gramo aproximadamente 2.000 microgramos de agua, lo que supondría una considerada cantidad de agua.
Resultados de estudios han demostrado que estas perlas son pobres en el isótopo del hidrógeno, el deuterio, lo que llevó a los investigadores a la conclusión de que el viento solar era el que originó ese agua, como se ha dicho anteriormente.
Según el equipo de investigación que ha llevado a cabo el estudio de dichas perlas, extraer agua de ellas sería complicado. Se necesitarían una elevada cantidad de perlas, pero en la Luna suficientes para realizar la extracción. Las perlas podrían producir agua continuamente gracias al constante bombardeo de hidrógeno del viento solar, según unos hallazgos publicados por la revista Nature Geoscience. Al calentarlas, se obtendría dicha agua, y esto podría realizarse en futuras misiones robóticas, aunque se necesitarían más estudios para saber si es asequible y si fuera así, si sería seguro tomarla.
Además, estudios que han sido realizados precedentemente demuestran que las perlas de vidrio formadas por la actividad volcánica lunar no solo generarían agua para tripulantes, si no que también para combustible de cohetes.
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