Unos científicos de la Facultad de Medicina de Harvard, del departamento de Génetica del Instituto Blavatnik, mientras examinaban moscas de la fruta encontraron algo inesperado, un nuevo orgánulo celular que no había sido reportado en las moscas de la fruta, la Drosophila melanogaster.
Han descubierto que dicho orgánulo actúa como depósito de fosfato, así, regula sus niveles en la célula y desencadena procesos que mantienen los tejidos cuando escasea.
El autor principal del nuevo estudio, Charles Xu, declaró que debía investigar más sobre el rol de regular la regeneración que desempeña el fosfato en el intestino de estas moscas, ya que aunque sabemos de su importancia en el crecimiento celular de las plantas, bacterias y levaduras, no se conoce tanto su función en tejidos animales.
También comentó sobre su posible utilidad para estudiar como afectan las enfermedades al intestino humano.
Según el informe de la revista Nature, el grupo de científicos llevó a cabo un experimento con el propósito de evidenciar los efectos de la privación de fosfato inorgánico en los organismos. Esto lo lograron alimentando a los animales con ácido fosfonofórmico (PFA), una sustancia que inhibe la absorción de fósforo en las células.
La publicación explica que los investigadores tenían como objetivo determinar cómo este proceso induce la proliferación excesiva y la diferenciación de enterocitos, que son las células encargadas de absorber nutrientes, en el revestimiento del intestino medio de las moscas. La hipótesis planteada sostenía que, dado que el fosfato inorgánico es crucial para la vida celular, este fenómeno podría ser un mecanismo de supervivencia para generar más enterocitos capaces de absorber fosfato.
A medida que se avanzaba en la investigación, se observó que la escasez de fosfato había provocado un aumento en la cantidad de células. Este incremento también se manifestó cuando los científicos suministraron a las moscas alimentos con un 10 por ciento menos de fosfato que lo habitual.
Los especialistas identificaron que la falta de fosfato estaba vinculada a la expresión de una proteína específica llamada Pxo. En este punto, el investigador Xu señaló que notaron que esta proteína estaba asociada a unas estructuras ovaladas en las células que no se parecían a ningún orgánulo conocido. Al examinarlas con mayor detalle, descubrieron que estas estructuras tenían varias capas de membrana, y la proteína Pxo transportaba fosfato a través de ellas. Una vez que el nutriente ingresaba a esta estructura, el fosfato se convertía en fosfolípidos, que son los componentes principales de las membranas celulares.
El investigador destacó: "Observamos que cuando las células de las moscas eran privadas de fosfato, los orgánulos se rompían y liberaban los fosfolípidos almacenados en cada célula, lo que sugiere que funcionan como depósitos".
Fuentes: MINCYT, El Espectador
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