El descubrimiento de la variante protectora, que parece permitir que las formas tóxicas de amiloide salgan del cerebro y atraviesen la barrera hematoencefálica, corrobora la evidencia de que los vasos sanguíneos del cerebro desempeñan un papel importante en la enfermedad y podría prever una nueva dirección en la terapia.
"La enfermedad de alzhéimer puede comenzar con depósitos de amiloide en el cerebro, pero las manifestaciones de la enfermedad son el resultado de cambios que ocurren después de que aparecen los depósitos", afirma Caghan Kizil, codirector del estudio que identificó la variante. "Nuestros hallazgos sugieren que algunos de estos cambios ocurren en la vasculatura del cerebro y que podemos desarrollar nuevos tipos de terapias que imiten el efecto protector del gen para prevenir o tratar la enfermedad".
La variante protectora que ha sido identificada por el estudio se da en un gen que produce fibronectina, un componente de la barrera hematoencefálica. La hematoencefálica es un revestimiento que rodea los vasos sanguíneos del cerebro y que controla el movimiento de sustancias que entran y salen de él.
La fibronectina a menudo está presente en la barrera hematoencefálica en cantidades muy pequeñas, pero esta aumenta en grandes cantidades en personas con dicha enfermedad. "Pensamos que el exceso de fibronectina podría estar impidiendo la eliminación de los depósitos de amiloide del cerebro" aporta Kizil.
Los investigadores confirmaron esa hipótesis en un modelo de pez cebra de la enfermedad de alzhéimer y están realizando estudios adicionales en ratones.
Los tratamientos más nuevos para el alzhéimer están enfocados directamente a los depósitos de amiloide y son muy eficaces para eliminarlos a través del sistema inmunológico. Sin embargo, simplemente eliminar los depósitos de esta manera no mejora los síntomas ni repara los daños.
Los científicos han encontrado esta variante protectora en individuos que nunca mostraron signos de la enfermedad, pero que heredaron la forma e4 del gen APOE, que aumenta el riesgo de contraerla.
Para encontrar mutaciones protectoras, los investigadores de Columbia secuenciaron los genomas de varios cientos de portadores de APOEe4 mayores de 70 años de varios orígenes étnicos, incluyendo tanto a aquellos que padecían la enfermedad como a los que no.
Basándose en las observaciones que ha extraído el equipo de Columbia, otro grupo de las universidades de Stanford y Washington replicó el estudio en un grupo de estudio independiente de portadores de APOEe4, quienes en su mayoría eran europeos."Encontraron la misma variante de fibronectina, lo que confirmó nuestro hallazgo y nos dio aún más confianza en nuestro resultado", ha expresado Vardarajan.
Los dos grupos combinaron los datos de sus 11000 participantes totales, y esto les permitió calcular que la mutación reduce las probabilidades de desarrollar alzhéimer en los portadores de APOEe4 en un 71% y previene además la enfermedad alrededor de cuatro años en aquellos que casualmente la desarrollan.
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